miércoles, 29 de abril de 2009

Jueves Santo en Ronda


... y las cabezas llenas de impresiones















Estamos casi en el mes de mayo y hasta ahora no he encontrado un hueco para apuntar algunas impresiones del Jueves Santo en Ronda... Fuimos con Chu para recoger en la tienda de Pablo y Esther un retrato`cortado´en madera que había encargado. Además queríamos caminar a la ermita rupestre de Sta. Mª de la Cabeza. El trabajo de Pablo me encantó, y recomiendo a todos que quieran sorprender con un regalo fuera de serie una visita a esa tienda o por lo menos de su página web: www.arteymadera.com.es

Muy contenta me puse en camino con JuanLu, Chu, Maite, Jorge y Charco. El último pertenece al grupo de los cánidos y aunque reconozco haber sido desde muy pequeña una admiradora y gran amiga de los felinos admito sentir cierta simpatía hacia algunos perros. Charco (un perro de agua que no encontró ningún charco) se refrescó en algunas fuentes y al verle brillar los ojos me di cuenta de lo mucho que los animales nos pueden enseñar con su despreocupación si estamos dispuestos a ver: "¡Vive la alegría del viento! ¡No tengas miedo de las sombras que el sol te regala! ¡Disfrútalas! ¡Juega con ellas!", me dijo su expresión y le cogí mucho cariño.



El paseo fue realmente relajante, sobre todo porque caminamos como nos dio la gana. De cierto modo íbamos por libre.



¿Os habéis fijado que en muchas ocasiones cuando dos parejas formadas por chicos y chicas se van juntas de excursión, después de pocos pasos los chicos se van alejando y terminan hablando entre ellos y las chicas (que suelen quedarse atrás) también conversan entre ellas? Nunca me ha gustado. Sólo por encontrarme con más personas no se me quitan las ganas de charlar con JuanLu, de hacer algún comentario, de llamarle la atención sobre algo o de simplemente escucharle. Por cierto, a JuanLu tampoco le hace gracia. Es como si a la hora de caminar estuviéramos haciendo algunos pasos atrás; viviendo las costumbres de tiempos pasados. Y me pregunto: "¿Para qué?"

En fin, en Ronda no fue así. Caminé con todos un rato incluso con Charco. El sol pegaba fuerte y no nos importaba descubrir que la ermita estaba cerrada.

Después de un almuerzo muy gracioso (en la terraza de un pequeño restaurante) con Pablo, José y Ana vimos
dos pasos y olimos el aroma de la Semana Santa: incienso.

Me quedé de piedra al observar como los tronos fueron llevados por un callejón tan estrecho que daba la impresión que iban a chocar con las paredes por ambos lados...

Regresamos a casa con las caras quemadas, los pies cansados por haber caminado unos 7km y las cabezas llenas de impresiones.

2 comentarios:

  1. Has escrito un bello relato de un dia del que formé parte, pero hasta que no he leido tus palabras no me he dado cuenta de lo fantástico que fué. Enhorabuena Ulrike. Besos, Pol.

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  2. Muchas gracias por tu publicidad incondicional. Si Charco hablara sobre sus impresiones seguro que estaría muy conforme con tu relato. Me alegro que disfrutárais del día, aqui tienes tu casa. Besos, Esther.

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