viernes, 29 de mayo de 2009

La musa Clío y el rock´n roll

Como sabéis quería redactar una entrada sobre las nueve musas, y como mi idea era escribir 4 entradas cada mes me toca ya mismo porque del mes de mayo queda bien poco. Desde hace 10 días aprox. he estado bastante enganchada a mi nuevo manuscrito (en alemán) y he avanzado tanto que creo poder terminarlo este verano (el domingo pasado me levanté antes de las 8 porque necesitaba escribir – preocupante, jeje – mi único día libre). No sé si la historia (un cóctel de aventura para gente joven preparado con un chorrito de realidad y unas cuantas gotas de imaginación) será buena o no, sólo sé que a la hora de escribir me río mucho con los personajes, tiemblo y pienso con ellos, y jugar con el potencial lector, mandarlo al jardín de los signos de interrogación o tal vez a un camino equivocado es muy divertido. Además esta vez me resulta muy fácil (más fácil que en las otras dos novelas) elaborar la historia. Es como tener la cabeza repleta de imágenes que esperan ser apuntadas y me pregunto:
¿Quién de las nueve musas – las hijas de Zeus y Mnemósine – me está mandando este tipo de película mental? Calíope, la musa de la poesía épica y heroica queda excluida. Terpsícore, la musa de la danza tampoco entra en juego, a no ser que ella influya la danza de los dedos sobre el teclado... Erato, la musa de la poesía romántica tampoco me ha visitado porque no escribo historias de amor. Igualmente quedan excluídas Talia, la musa de la comedia con su hermana Urania, la musa de la astronomía. ¿Me habrá buscado Clío? Es la musa de la historia y la protectora de las bellas artes. Hm, es posible. Y es la única que hay que tomar en cuenta ya que de las tres últimas (Euterpe, la musa de la música instrumental, Melpómene, la musa de la tragedia, y Polimnia, la musa de los cantos sagrados) no veo ninguna huella en las páginas que escribo. Conclusión: Mi inspiración parece ser alimentada por la musa Clío cuyas estatuas llevan a menudo una guitarra porque ella está considerada la inventora de este instrumento. Sospecho fuertemente que se trata de la guitarra eléctrica porque al escribir escucho a menudo música y ¡¿qué mejor que la música rock?! Ahora me queda por averiguar si hay alguna banda de rock coronada con laureles ya que este es el “sombrero” favorito de Clío y no sabemos hasta dónde llega su inspiración…
Por cierto, al hablar de rock he recordado el concierto de Deep Purple del año pasado en la plaza de toros de Estepona. ¡Qué artistas!

Más "purple" imposible...


martes, 12 de mayo de 2009

El regalo de la calle

El fin de semana pasado JuanLu abrió unos cuantos agujeros con el talado en las paredes de la habitación de los gatos para colgar unos cactus que plantó mi suegra en caracolas:

Como para Emilie y Boni investigar la tierra de macetas y saborear la materia verde que sale de allí es una enorme y salvaje aventura tenemos que “esconder” las plantas en un sitio sano y salvo, o sea, en la pared. Por supuesto podríamos disciplinar a los dos para quitarles la idea de la cabeza que las hojas han crecido para servirles de chicle, pero no me parece bien convertir unos chavales de corazón salvaje en un tipo de perro obediente. A fin de cuenta queríamos darles un hogar a GATOS, sínonimo de independencia, misterio, inteligencia, chifladura y mucha personalidad y fue una gran alegría cuando conseguimos ganarnos su confianza y amistad. En pocas palabras, hemos empezado a crear un tipo de patio andaluz dentro de la casa y me encanta.
“Ves”, le dije a JuanLu “al final estos chavales tendrán la habitación más espectacular de toda la casa. Y se lo merecen.”
Aquí los tenéis tomando el sol
Y como Emi estaba totalmente de acuerdo conmigo, se me acercó con sus grandes ojos dorados e implorando con la mirada decía:
“Venga, ¡hora de cazar!”
Así que me senté en el suelo de su “patio andaluz” y jugamos a lanzar ratones – su juego favorito:


Si esa niña peluda hubiera nacido ser humano se habría dedicado a la cirurgía, sin duda. Al menos nunca falla convirtiendo sus ratones con un mordisco rápido y preciso en hámsters. A Boni no le va el rollo de los ratones. Le encanta saltar detrás de las pelotas de goma que va royendo hasta que desaparecen. ¡Un mago!
Los dos son supervivientes. Cuando aún vivíamos en Marbella, algunos vecinos de nuestra nueva urbanización se quejaron de “tantos gatos” (quince aprox.) buscándose la vida cerca de los contenedores de basura. Dato curioso: De la nueva generación de estos “tantos gatos” todos los cachorros lindos (tipo tigre y los de piel blanca con algún color llamativo) encontraron un hogar - sus padres no, y hablamos de padres no mayores de dos o tres años – mientras los gatos negros de todas las edades se quedaron en la calle – los patitos feos no queridos del cuento.

Emi en el 2007, recién salvalda
y casi 2 años después con su "hámster"

“¿Por qué se queja esa gente y no actúa?”, pregunté a JuanLu. “Está claro que cada vez habrá más gatos si nadie los esteriliza. Imagínate esos bebés podrán crear su propia familia a los siete meses...”
“La gente es muy cómoda y pasa del tema”, me explicó y no lo comprendí. ¿Ladrar por ladrar? Vamos a ver. Si te molesta la población felina y te pones en plan “pasote” quiere decir que en el fondo necesitas que la simple presencia de los gatos te ponga de mala leche porque gracias a los chicos peludos te puedes desahogar. Los gatos justifican tu necesidad de maldecir y de tirar piedras detrás de ellos porque eres una persona con el corazón podrido y tu mundo interior divulga el hedor de la amargura, el odio, la maldad y el aburrimiento.
Poco después algunos de nuestros vecinos (los que menos fuerte habían ladrado) cogieron el camino más cómodo al aprovecharse del hambre de los gatos: Envenenaron a cinco de ellos y teníamos muy claro lo que íbamos a hacer, es decir, no pasar del tema sino ponernos en contacto con una asociación protectora de los gatos, investigar sobre las leyes andaluzas referente al tema del envenenamiento con sus sanciones (porque donde la razón no llega, el dinero es un arma poderosa: los corazones podridos sí que reaccionan y cambian de actitud cuando se trata del dinero de sus bolsillos), esterilizar a los gatos, quitar el mayor número de ellos de la urbanización y mudarnos porque ¿a quíen le hace ilusión vivir con vecinos capaces de matar a animales inocentes? ¡Menos mal que estábamos de alquiler!
Boni
Emi
Ninguno de los gatos callejeros de los contenedores de basura había elegido nacer allí al lado de esa gentuza, ninguno había elegido a sus padres y llevar un abrigo negro tampoco había sido la elección de Emilie y Boni. ¿Qué culpa tienen que algunos retrasados relacionan los gatos negros con la mala suerte y la brujería y aún no se han enterado que ya no vivimos en la edad media?
Bueno, el tema de la brujería es un poco delicado: ya sabemos que Boni es un mago y es cierto que siempre que he tenido que asumir un gasto más grande por los gatos (esterilización, vacunación, operación después de un atropello) me ha entrado una nueva traducción de un nuevo cliente. Cuando llevé a Emilie al veterinario porque una de sus patas estaba rígida y apenas podía caminar, le dije “No te preocupes por el dinero, niña. Verás pronto nos pasará algo bueno porque con tus compañeros ha sido así hasta ahora y contigo sólo nos pueden pasar cosas bonitas.” ¡Efectivamente! La misma tarde me pidieron el presupuesto de una traducción gorda y le guiñé un ojo a Emi. Por cierto, ella no tenía la pata rota sino no la podía desarrollar por falta de proteínas, así de simple, había sido (como muchos más) victima de la desnutrición...

Boni dormilón

y muy atento...
Encontramos el apartamento de nuestros sueños fuera de Marbella, en Mijas Costa. Primero se mudaron los cuatro gatos negros – algunos de los supervivientes marbellíes. A uno de ellos el centro de acogida de animales de Fuengirola le proporcionó un hogar en Alemania y nos alegramos muchísimo por el – me pregunto si tal vez hayamos coincidido en el mismo vuelo a Alemania sin darnos cuenta... Seguramente tiene un jardín grande, comida de sobra y una casa donde le quieren un montón. No sabrán que su chico adoptado tiene un hermano de nombre Boni y una hija Emilie que se llevaba mejor con su tío que con su padre porque con el último siempre se peleaba por la comida... Tampoco sabrán que desde el principio el destino de su gato ha sido totalmente alemán ya que cayó en mis manos. El otro gato negro vive en un camping con una protectora de gatos y los otros dos están aquí, a mi lado. Emi está ronroneando y le estoy haciendo cosquillas en la barbilla. Los ojos verdes de su tío siguen la trayectoria de una mosca. Le pronostico una duración de vida de diez minutos como mucho...
Me hubiera encantado denunciar ante la policía a aquellas personas que mataron a los parientes de nuestros gatos, ya que el envenenamiento de los gatos es una clara vulneración de la ley, pero no teníamos pruebas. Sé que los autores ignoraron la ley andaluza a favor de los animales según la cual le podría haber caído una multa máxima de 30.000 € - y por muy triste que sea el hecho que haya gente con necesidad de unas leyes que prohiben claramente el envenenamiento de animales inocentes, me alegro que al final no han podido “pasar del tema” sino que han tenido que confrontarlo y plantar cara en la junta de propietarios.
Nos costó mucho trabajo y paciencia conquistar los corazones de nuestros chicos callejeros que llevaban dentro el miedo a la gente; el miedo a la gran cantidad de perros sobre dos patas que conocieron en su vida marbellí. Aún así, pasado medio año Boni se dejó acariciar y ahora nos busca para estar con su familia. Su sobrina es mi mejor amiga. Tiene todas las buenas cualidades de una perrita, es decir, camina detrás mía, me lleva al sofá de su habitación para que lo levante y saqué sus ratones para jugar. Con ella era más fácil porque la cogimos de pequeña.
Emi y Boni


inseparables

Aún así cuando viene gente a casa que no conocen muy bien salen corriendo, se esconden u observan desde una distancia segura el comportamiento de los nuevos. No es de extrañar – los gatos no olvidan y cuando los veo y me río de ellos, admirando el brillo de su maravillosa piel negra, sé que estos chavales han sido un regalo de la calle. A veces cuando me acuerdo de nuestros antíguos vecinos me pasa la frase por la cabeza “No sabéis lo que os estáis perdiendo”. En fin, seguramente la vida les devolverá el golpe algún día porque tomarla con los gatos y sus amigos no tiene buena estrella.
Boni y Emi
Y si vosotros tenéis problemas con la cantidad de gatos callejeros os ruego no apartar la vista sino contactar con una organización para esterilizar a los animales. Os aseguro que vivir la misera relacionada con los cachorros no queridos no es ningúna experiencia agradable. Los protectores de los gatos los cogen con trampas y normalmente no piden más que una donación, ya que hay veterinarios dispuestos a cobrar menos por la operación y la vacunación de los callejeros porque son muy conscientes del problema y dispuestos a ayudar. Una de esas veterinarias en la Costa del Sol es “Pointer” en Nueva Andalucía:
www.pointervet.com
Además no deberíamos hacer la vista gorda a todos los beneficios que los gatos nos proporcionan al mantener las urbanizaciones limpias de ratas, ratones, escarabajos etc. ¡Son útiles!
En fin, al final ganamos aquella batalla marbellí con más supervivientes que muertos y aunque la victoria no sabía a gloria aprendí de todo ello lo importante que es no rendirse y seguir luchando por lo que uno cree y por los que no tengan voz, empezando en nuestro mundo pequeño.

viernes, 8 de mayo de 2009

El ajuar viaja hacia el sur

Por fin he sacado mi ajuar de la última estantería de la cocina, donde había descansado en sus cajas desde el pasado mes de octubre. Me parece que hoy en día lo del ajuar es algo bastante caido en el olvido, pues todos esos cuencos, recipientes, tazas, platos, jarrones, fruteros etc., que he liberado de su envoltorio proceden de mi pasado. En Alemania la gente solía tener la costumbre de regalar a las niñas de 14 años dicho ajuar (el cual incluía también a menudo toallas y ropa de cama) para la confirmación. En realidad no debería quejarme, ya que en mi caso hablamos de diseños chulos y objetos que ahora me son útiles. Aún así recuerdo la amarga decepción que se apoderó de mi hace 19 años cuando abrí con manos impacientes un regalo tras otro hasta que la colección entera de mi ajuar personal se desplegó ante mí para sonreírme con sus impecables superficies como si fueran brillantes dientes pulidos... ¡Vaya emoción!
Menos mal que a nadie se le ocurrió regalarme sábanas. Bueno, pensándolo bien, seguramente habría intentado vender las famosas rígidas telas blancas en algún mercadillo, así que...
Aunque en los tiempos pasados el ajuar no fue considerado como cebo para pescar un marido para las muchachas (este papel jugaron más bien los terrenos y la dote) sospecho que JuanLu está detrás de mis bonitos platos de calidad de estilo orquídea “made in Germany”, jeje.
Por lo menos ésa es mi interpretación de su expresión satisfecha al ver el coche cargado hasta las manillas con mis pertenencias, cuando aquél otoño iniciamos el largo viaje de vuelta a Andalucía. O tal vez le brillaron los ojos porque se alegraba por mí, a fin de cuentas no sólo llevamos en el coche mi ajuar sino también un montón de cosas que había echado de menos y que no podía transportar en un avión, como por ejemplo la silla que hice en clase de arte.

O ¿acaso veía confirmado lo que le llevaba diciendo desde hacía más de cinco años, es decir, que me gustaba Alemania para viajar pero que no me apetecía volver a vivir allí? Sea como sea, lo de no comprar un billete de avión y hacer el camino en coche no estuvo nada mal. Es más, fue realmente bonito. No puedo negar lo genial que es sentarse en uno de esos pájaros en Málaga, desaparecer entre las nubes españolas, francesas, suizas y alemanas para aterrizar en Stuttgart o Múnich, dándose cuenta que ni siquiera han pasado tres horas, sin embargo, de alguna manera no es ni normal ni real.
Málaga desde el aire



y Stuttgart

No es muy normal (con excepción de algunas zonas fronterizas) haber saltado de un país de lengua románica a otro de lengua germánica en tan poco tiempo, igual de irreal es haber acariciado a nuestros gatos pocas horas antes, que nada más haber bajado del avión se encuentran a una distancia que supera los 2.000 km.
Un antiguo proverbio indio dice que el alma necesita 3 días para llegar al punto de destino, y nos tomamos 3 días para vivir el camino entre mi pasado alemán y mi presente español.
Barcelona
Nîmes Besançon Alemania Baden-Baden Ulm

Era realmente especial observar el cambio de vegetación, cómo las palmeras se quitaban para permitir el paso a los árboles de hoja caduca; hojas pintadas por un pincel invisible, sumergiéndose en la caja de colores puesta a su disposición por la naturaleza mezclando los tonos de color caprichosamente para sorprender al ojo. Y nada más haber entrado en territorio alemán, los vasos de cerveza de 0,3l cedieron el paso a los vasos “normales”, o sea, los de 0,5l o los de litro.
Paramos en muchos sitios entre los cuales os recomiendo la visita de la ciudad francesa Avignon y la del monasterio de piedra cerca de Zaragoza con sus cascadas y cuevas, un paseo precioso para estirar las piernas y oxigenar los pulmones.

Avignon

Cascadas del monasterio de piedra (Zaragoza)

Ahora hemos podido vivir el camino de verdad. En el futuro no me dejaré engañar más por la ruta del pájaro y seré más paciente con mi alma si aterriza un poco confusa y desorientada, reprimiendo el impulso de hablar en español. Le daré siempre 3 días para que se acostumbre, es decir, para que llegue.
En realidad debería darle las gracias al ajuar, ya que sin él tal vez no habríamos cogido el coche...

domingo, 3 de mayo de 2009

Pastel de coco en Viena

Seguramente pensáis que os quiero tomar el pelo si os comento que lo primero que queríamos ver en nuestro "viaje-de-presentación-de-libro-2009" a Viena era la compañía de electricidad "Fernwärme Wien", ya que las compañías de electricidad no suelen tener fama de ser un deleite para el ojo. Sin embargo, cuando vimos desde el metro ese edificio pintado e inspirado en la obra del arquitecto Hundertwasser con su diversidad de colores, formas juguetonas, sorpresas y espejos reflejando la luz del sol supimos que íbamos a bajar para verlo de cerca. Vale la pena:


¿Qué más destaca de ese viaje?

Sin duda la multitud de cerezos en flor, dos libros de Agatha Christie que esperaban ser descubiertos por nosotros en un muro al lado de un contenedor de basura, el castillo Belvedere bañado en la luz del crepúsculo con sus grandes jardines, gente haciendo footing y refrescante silencio (por cierto, es el castillo que se ve en la moneda de 20 céntimos de Austria).


Lo más bonito de la primera presentación fue cuando uno de los estudiantes se me acercó para saber: "¿Cómo se le ocurre a uno la idea de apuntar una historia?" Era mi décima presentación y uno está muy equivocado si cree haber escuchado ya todas las preguntas... La pregunta de ese niño me parece bastante curiosa. Me puse a pensar y le contesté: "Algún mensaje tiene que ser tan importante para tí que quieres transmitirlo." Asintió con la cabeza, me sonrió y desapareció entre los otros noventa alumnos. La segunda presentación la relaciono con risas, un ambiente muy relajado (aprox. 20 estudiantes) y muchos colores (como la compañía de electricidad :)) Rosas amarillas, una tarjeta con girasoles, detrás mía estanterías repletas de libros, profesoras increíblemente simpáticas... Nada más terminar, dos de ellas nos llevaron a una mesa con pastel de coco y zumo escondida entre paredes llenas de libros, o sea, de ese viaje a Austria destacan los detalles y la amabilidad; destacan los parques y por supuesto el juego de colores de esa fuente con su murmullo:

Lo que menos me gustó era el teclado alemán de los ordenadores - me hice un lío con la `z´ y la `y´, echaba de menos la tecla de la `ñ´y me sorprendió ver la `ä´, `ö´, `ü´, `ß´. Y allí, en medio de Viena me acordé de los problemas que tenía hace diez años en un cibercafé en Málaga al tener que acostumbrarme al teclado español...