sábado, 8 de enero de 2011

Málaga y los Reyes Magos, 2011

La noche del 5 de enero de 2011: Ninguna nube en el cielo, olvidadas estaban las gotas de lluvia de las semanas anteriores, lo único que importaba era la ducha de caramelos procedente de la Cabalgata malagueña. Toneladas de caramelos cayeron sobre la ciudad y nos regalaron el sabor a mágia y misterio.

Con un espectáculo único y multicolor lleno de arte, Málaga dio la bienvenida a los Reyes Magos. JuanLu y yo estábamos entre miles de personas y ni siquiera un caramelo salvajemente lanzado (me dio en la mejilla) consiguió borrarnos la sonrisa de la cara.

Resulta que ha sido la primera vez que tuve ocasión de vivir la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar en directo y justamente esta vez Málaga parece haberse superado.

Criaturas del mar, medusas, peces, piratas etc. iban delante de los Reyes Magos. La Cabalgata fue impresionante, los espectadores cantaron villancicos, pidieron a voces más caramelos y nos lo pasamos bomba.

Nada más aplaudir al Rey de la última carroza seguimos camino hasta la catedral. En el portal nos saludaron las figuras de María, Jose y del Niño Jesús, hechas por una cadena de luces.

JuanLu me comentó que los Reyes del Oriente iban a llevarle regalos a Cristo pero antes el ayuntamiento nos tenía algo más preparado: Una bailarina, “el ángel del mar” volaba con 300 globos de helio azules hacia la catedral de Málaga. Nos engañó a todos porque podría haber jurado que volaba de verdad, los globos no eran más que una graciosa nube azul, un racimo de uvas maduras para que viéramos mejor al ángel que se había escapado de un mundo desconocido. Su vuelo fue acompañado por canciones y un espectáculo de luces, la catedral cambió su traje, se puso más guapa, brillaba, se reía y como hipnotizados nos dejamos contagiar por la paz que sus luces lanzaron a la multitud.

Las melodías bailaban por el aire y mejor que nunca comprendí lo bonito que es tener que esperar hasta el 6 de enero para desenvolver los regalos. Hasta hace 3 días los niños españoles me habían dado un poco de lástima: “No pueden disfrutar de sus regalos en las vacaciones de Navidad”, pensé. “En Alemania las Navidades son más bonitas. Del 1 de diciembre hasta el 24 nos espera cada día una sorpresa (de chocolate o lo que sea) en el Calendario de Adviento. El día 6 viene “Nikolaus” para dejar “algo” en una bota roja de plástico o en un calcentín y el 24 nos lanzamos a un mar de regalos que nos trae el Niño Dios y vivimos la mágia de las Navidades con un árbol de Navidad, la agradable luz de muchas velas escondidas entre sus ramas y un decorado precioso.”

Y claro está, la nieve (por muy poco que me gusta) no puede faltar (en esas Navidades nos ha sobrado en Alemania...).

En fin, he cambiado de opinión. Por supuesto está muy bien no pasar por esa prueba de paciencia y celebrar el 24 de diciembre el nacimiento de Cristo con regalos, pero hay que admitir que esperar a los Reyes Magos es algo verdaderamente especial, y darles la bienvenida en la forma que ha hecho Málaga, a parte de ser inolvidable, convierte las Navidades en lo que realmente son: Un gran acontecimiento, una fiesta de alegría y esperanza, o sea, a partir de ahora celebraré el pack completo con el Calendario de Adviento, Nikolaus, Nacimiento de Cristo, llegada de Reyes y Epifanía con un roscón en condiciones, jeje. Nada más de momento, sólo espero que el diciembre venga pronto... Aquí algunas impresiones – otro día os mando los vídeos:


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